Ecos del Gran Concilio

Por el Mahatma de Occidente, el Maestro Yaco Albala

En el nombre de Dios, en el nombre de la Confraternidad Crística del Espacio y en el nombre de todos los Mundos Habitados, damos por inaugurado este Concilio.

Tenemos la inmediata necesidad de resolver ciertos destinos de la Tierra que hacen a la vida Solar, Galáctica y del Universo.

En consecuencia, hemos resuelto acelerar su patrón vibratorio a fin de que sea coincidente con el Advenimiento de Áquel a quien todos los hombres aman y esperan.

Él, desde el lugar donde todas las cosas son posibles, les envía la bendición que habrá de inaugurar una nueva etapa en la vida del mundo.

Él confía en el género humano porque éste aún se desconoce e ignora los insospechados recursos con los que cuenta.

Él confía en que la Humanidad recupere sus milenios y se apreste a dar el decisivo paso que la integre en la Confraternidad de los Mundos Crísticamente Alineados.

Él confía en que el Plan de Dios se pueda expresar mansamente en la Tierra.

Él confía en que la Humanidad no convoque a la Justicia Apocalíptica para corregir la incertidumbre de su destino.

Por tal motivo, insta a todos los hombres del mundo a deponer todas las actitudes que ponen en peligro la vida del Planeta.

Hermanos, si ustedes supieran de su dolor, se arrodillarían en la tierra y pedirían perdón, pero Él en su infinita bondad no desea para ustedes la terapia del arrepentimiento.

Él ha dicho: "En la casa de mi Padre hay muchas moradas, prepararé una para que donde Yo esté puedas Tú estar también".

Ese es Su deseo. Él intenta convertir la Tierra en el Paso Obligado Hacia Los Mundos Evolucionados Del Universo y en ello reside el dilema de la actualidad.

Los países del mundo aún no responden a Principios Crísticos pero la Justicia Apocalíptica no ha pronunciado, particularizado ni potencializado el mecanismo de reajuste, esperando aún por una lógica y sensata respuesta humana.

La Humanidad tiene tiempo hasta tanto los errores no se tornen inconvertibles y ante esa posibilidad, el tiempo no es abundante.

Deben reflexionar y hacer de la reflexión el campo solicito de las expectativas Divinas. No están solos, hay muchas Almas Evolucionadas en la Tierra y habrá muchas más. Todas ellas llevan en su interior una parcela del Plan y, cual una piedra preciosa, la irán ofreciendo gradualmente.

El hemisferio sur mantiene en reserva un patrimonio que habrá de inaugurar la vida del Tercer Milenio. Sin embargo, éste vive en estado de suspenso hasta tanto la Humanidad no pronuncie su decisión.

Esto podría provocar la intervención de la Justicia Apocalíptica que, en un aspecto estaría basada en un mecanismo de respuesta por parte de la Tierra y del Espacio, un posterior destierro hacia los Reformatorios Planetarios y luego hacia los Mundos Primarios del Universo.

Y en el otro aspecto, la Redención de la Tierra que en primera instancia se habría de convertir en el Valle de la Adaptación, luego en el Oasis Primordial y luego en la Tierra de la Ventura Divina.

Estos aspectos entrarían en inmediata vigencia a partir de la decisión de la Humanidad.

En la actualidad, se ha propuesto activar ciertas zonas del Planeta que responden a países jóvenes. En estos países viven almas de gran madurez que han hecho su traslado desde los Grandes Centros Educativos del Mundo y de la Historia a la actualidad de nuestro tiempo.

Estas almas, verdaderas egresadas de las Grandes Civilizaciones, intentan plasmar una síntesis que pueda reunir todas las corrientes de la historia y crear con ella una analogía de la Presencia Educativa de Humanidades Superiores.

Esas intervenciones constituyen particularidades de la Masa Conscienzal del Nuevo Mundo, propósito definido y decidido en la Cámara del Concilio.

Ante este Orden, la Tierra irá alineándose en el Espacio y recibirá oportunamente a los Grandes Emisarios que dieron lugar a las Grandes Civilizaciones; retomarán éstos las antiguas enseñanzas y crearán los focos principales que a modo de Capitales del Nuevo Mundo, irán nucleando a la Nueva Humanidad.

Las Capitales del Nuevo Mundo estarán conectadas por Arterias Planetarias creadas con mucha anterioridad. Este prodigio de la comunicación humana estará forjado por Almas en Reserva surgidas a la Luz del Séptuple Orden. Ellas llevan en su memoria celular las directivas precisas que harán de esta plasmación, el primer paso hacia la Consagración de la Tierra.

El Nuevo Orden será una adaptación al Orden del Universo. Las primeras expresiones se verán en el hemisferio sur y vivirán al amparo de la Corriente Ígnea de la Tierra. El mundo tomará la precaución de alinearse vibracionalmente para comprender sus propuestas y hacerlas viables. Dicha energía tiene el sello de la Divinidad y su finalidad es activar la vida de todos los Focos Planetarios.

El panorama del mundo presenta un escenario variado; por un lado se observa en la Matriz Etérica ciertos delineamientos que hablan de una plasmación casi inmediata. Ciertas zonas de la Tierra están siendo preparadas para futuros eventos y sería de gran necesidad poner en conocimiento de los pueblos estos pormenores de la Vida Planetaria.

Existen grandes características que predisponen al hemisferio sur. El Asiento de la Divinidad en la Tierra y la Redención del Género Humano. Estos futuros acontecimientos irán inclinando la actividad humana hasta hacerla comparecer ante el Portal de la Vida Superior.

Por otro lado, el Orden Biológico de la Tierra mantiene en reserva el Código Celular del Inmediato Futuro y su activación habrá de depender de la decisión de la Humanidad.

Con cierta anterioridad se pronunciará un Llamado a todos los pueblos de la Tierra. Será incuestionable; pero provocará resistencias. La finalidad del Llamado será provocar la definición de la Humanidad para derivar hacia destinos adecuados las definiciones alcanzadas.

La Humanidad se irá dividiendo en dos grandes sectores. El irreversible caos y el promisorio Pueblo de Dios.

El primero será remitido hacia los Reformatorios Planetarios del Espacio donde la vida en estado sutil guarda semejanza con los Mundos Primarios del Universo.

El otro sector estará compuesto por un remanente que significa una Humanidad Primaria pero aceptable. Está compuesta por hombres de buena voluntad pero carentes de formación; ellos tendrán la oportunidad de habitar el Nuevo Mundo y colaborar con el sector más esclarecido.

Este sector será orientado oportunamente hacia lugares privilegiados de la Tierra donde comenzará la tarea de recuperación del género humano. Estos lugares se irán constituyendo en los Precursores de las Nuevas y Grandes Civilizaciones del Futuro. Sobre éstas se irán formando Avenidas Sutiles de Corrientes Planetarias.

Esto habilitará a los Grandes Emisarios del Espacio y ellos desde su infinita bondad comulgarán nuevamente con los hombres.

Paralelamente a este proceso, almas muy esclarecidas recibirán entrenamiento y formación en las Grandes Bases del Espacio, en la Confraternidad de los Mundos Crísticamente Alineados. Serán los intermediarios del Universo y en la actualidad sus trabajos estarán referidos a la Educación Planetaria y a la exteriorización del Plan de Dios.

En este Plan podemos encontrar como de inmediata aplicación, llevar a la consciencia de los hombres la lógica del Reino de los Cielos, el gran motivo de la existencia física y el establecimiento de la Tierra como una Escuela Mesiánica del Espacio.

Estos grandes delineamientos irán modelando todos los sectores de la actividad y los irá adaptando al Principio Crístico imperante.

El Séptuple Orden irá cualificando, ordenando y derivando la actividad humana, y en su carácter más esencial, preparará a los pueblos de la Tierra para el inminente descenso del Reino de Dios.

Este descenso debe encontrar un mundo abocado al Ritual y a la Esperanza, y por estos carriles habrá de circular la Vida de la Nueva Humanidad.

Este ordenamiento, a Imagen y Semejanza de los Mundos Evolucionados del Universo, iniciará la delicada tarea de plasmar las Realidades Etéricas hasta cubrir la Tierra con el verdor de los siglos venideros.

La tarea de la Nueva Humanidad será altamente premonitoria; los Grandes Emisarios del Espacio reabrirán los Templos de la Consulta Divina y a modo de Oráculos de la Naturaleza forjarán las primeras Escuelas de los Viajeros del Tiempo.

Estas Escuelas serán la constante adaptación por la cual la Humanidad transitará la aventura futura, verdadero prodigio de mesura atemporal que iniciará la reconquista del Pasado de la Creación.

Los Reinos de la Naturaleza y el hombre trabajarán asociados dando testimonio de que el Hijo Pródigo ha emprendido el retorno a su Hogar.

De esta manera, habrá nacido una nueva vida sobre la Tierra, y en ella aprenderemos a convivir con otras Humanidades, veremos la aplicación del Séptuple Orden en todos los rincones del Planeta y podremos recibir definitivamente a las Primeras Embajadas representando la Vida del Universo.

Este logro, beneplácito a los ojos de Dios, habrá de significar el comienzo de la Nueva Edad.

Ahora, id al mundo y predicad esta Buena Nueva para esperanza de todos los hombres.

Anunciadla como parte de una gran verdad y que Dios los acompañe y bendiga por los siglos de los siglos.

 Yaco Albala