Hacia la Paz del Mundo

Por el Maestro Yaco Albala

Más allá de las buenas intenciones

El verdadero enemigo de la Paz no está en las guerras, sino en la mente de los hombres que las originan.

¿Quién ha creado esta barbarie sino la mente y el profundo desconocimiento que el hombre tiene de sí mismo?

No desestimo las buenas intenciones de Paz, puesto que éstas deben existir, tan sólo digo que la solución no está en los acuerdos de Paz, así como el enemigo latente no está solamente en los que combaten.

Es la mente del hombre, su actual estado evolutivo y ese absurdo que hemos aceptado incondicionalmente al cual llamamos civilización.

¿Qué valores existen en el mundo para vivir de una manera diferente? ¿Qué otra cosa podríamos haber creado sino este horror y esta insania?

Si pretendemos un mundo mejor deberíamos enjuiciar la mayoría de las cosas creadas y tal vez de ese juicio al criterio humano pueda surgir la Luz y ésta significar el comienzo de una nueva historia.

 

El fin de la pobreza y el hambre
 

Puede que nos preguntemos por dónde empezar, y respondería: por terminar con la pobreza y el hambre del mundo, pues debería estar grabado en nuestros corazones que en un mundo de Paz no pueden existir esos azotes, ya que su sola presencia descalifica cualquier otro tipo de intento.

 

La Educación
 

En segundo término abordaría la Educación, pues sólo un mundo liberado de la ignorancia podría convivir en Paz.

La Educación debería capacitar al hombre y ofrecerle la posibilidad de conocerse a sí mismo, no meramente informarlo o brindarle una promisoria carrera.

La Educación debería ser el espejo en el que el hombre se mire y se conozca.

Sólo el hombre que sabe de sí puede crear un mundo diferente, y es el aporte de este conocimiento el que puede contribuir a la Paz del Mundo.

 

Las Religiones
 

Luego le pediría a las Religiones que revelaran lo más esencial de sí mismas, para que así cada hombre y cada pueblo pudiera reconocer la hermandad que los une, y comprobar al mismo tiempo la existencia de esa realidad en la cual tenemos la vida, llamada Dios.

 

Las Ciencias
 

Luego le hablaría a las Ciencias. Las dejaría ante la posibilidad de mejorar la vida en lugar de ser el respaldo de argumentos de guerra, que darían como resultado el mayor desastre de la historia y por consiguiente ocasionar un olvido de los adelantos alcanzados. Este sería similar en características, pero diferente en magnitud a los atravesados por la humanidad en otros tiempos.

 

La Legislación
 

Luego encararía la Legislación, pues es el patrimonio de leyes con el que el mundo cuenta el que debe cambiar. La nueva legislación estará basada en sugerencias provenientes de la vida universal, pues es necesario saber que el espacio es información y que en su develación debería basarse el nuevo ordenamiento.

Esta Legislación tendría una precavida actitud hacia el futuro. Gracias a esta cualidad los gobiernos de la Tierra estarían alineados en permanente consulta, y a consecuencia de ello habría de significarle a la humanidad el comienzo de la etapa más trascendente de su historia.

 

La Política
 

Luego la Política habría de expresar su máxima finalidad: combinar el Destino de los Pueblos y convocar al Alma del Mundo. Una vez que ésta se haya establecido, debería iniciarse el diálogo con los Reinos de la Naturaleza y fundamentar la base de la más antigua de las doctrinas: la Doctrina Solar. Luego acometerse la empresa de devolver a la vida humana La Edad Dorada que alguna vez este mundo conoció.

 

La Economía
 

Por último, le pediría a la Economía que indagara sobre cuál es la oculta razón de su presencia en este mundo.

Dejemos atrás lo que los hombres han hecho y se han hecho con ella.

Tan sólo ruego al Altísimo compasión para con esta materia que todavía no encontró su debido destino en el mundo. Sé que en alguna medida es la causante de los grandes errores que la humanidad cometió, pero, ¿qué manos recibieron tan grande responsabilidad? Manos que nada sabían de sí, y en este caso, ¿Qué otra cosa podrían haber hecho que todo lo que ocasionaron?

No sé si la historia la podrá absolver, y a juzgar por sus errores sería sumamente difícil. Si pudiera remitirme al futuro podría ver que su obra no ha concluido, que lleva en sus fueros más íntimos, el secreto de los mundos justos y perfectos y que éstos esperan por la adultez de la humanidad para inspirarla y protegerla.

El mayor testimonio que esta humanidad pueda dar, y que sea la evidencia de haber trascendido sus propias miserias, será la forma en que la Economía logre expresarse en el mundo.

Sólo la Economía al servicio de la Caridad nos puede asociar con la Providencia.

Sólo resolviendo lo elemental este mundo sería considerado justo.

Sólo la Economía posee la clave de esa ecuanimidad que puede elevar a la humanidad al nivel de las Grandes Utopías.

La Economía tiene sobre sus espaldas el peso más grande del mundo, pero al mismo tiempo cuenta con la fuerza más poderosa de la Tierra.

De ella depende modificar el destino de la humanidad, pues de su oportuna intervención podría surgir la Salvación del Mundo.
 

 Yaco Albala